El TOC u Osteocondritis es una enfermedad cuando existe algún defecto de desarrollo en el tejido óseo del cartílago. Cualquier articulación (rodilla, tobillo, columna) en el cuerpo del perro puede verse afectada por el TOC porque aquí el cartílago tiene un gran papel que desempeñar en el deslizamiento suave de un hueso sobre el otro. En este sentido, el cartílago es un tejido flexible que recubre o conecta las superficies de dos huesos. Pero cuando el cartílago se levanta o se separa de su lugar, el perro siente un dolor punzante porque las superficies duras de los huesos entran en estrecho contacto y fricción.
Por lo general, los perros de razas grandes se ven afectados por el TOC, especialmente cuando tienen entre 4 y 8 meses de edad. Pero el TOC puede ocurrir incluso en las últimas etapas de la vida de un perro. Algunas de las razas de perros más comunes afectadas por esta enfermedad son los pastores alemanes, los labradores, los grandes daneses y otros. A menudo, en los perros pastores alemanes, la rodilla y la columna vertebral son las articulaciones vulnerables. Los perros machos tienen una alta incidencia de TOC en comparación con las hembras.
La causa detrás del TOC
La osteocondritis es una enfermedad del desarrollo del tejido óseo en crecimiento causada por un crecimiento inadecuado del cartílago con respecto al cartílago vecino. La falta de desarrollo da como resultado el engrosamiento del cartílago y, por lo tanto, se vuelve vulnerable a las lesiones. El cartílago engrosado es frágil y cualquier tipo de fuerza externa, como un salto repentino o un salto del perro, puede provocar una grieta, en la que el cartílago se separa de los huesos. A veces, el colgajo de cartílago se desprende total o parcialmente. Esto provoca dificultad en la acción de deslizamiento de los huesos ya que existe un roce abrasivo entre los dos huesos.
¿Qué señala el TOC?
La primera señal de TOC es una cojera en una o ambas extremidades traseras del perro, sin importar dónde esté la existencia de TOC. Pero en la mayoría de los casos, las articulaciones de la rodilla y el tobillo se ven más afectadas que la articulación lumbosacra de la columna. El perro tiene mucha dificultad para levantarse y muestra rigidez al caminar. Una marcha furtiva o perezosa es una característica de la enfermedad debido a la inflamación de las articulaciones. El perro tiende a evitar las escaleras y saltar desde una terraza. La mascota pierde interés en las actividades normales de caminar y correr. Hay una falta de entusiasmo por perseguir una pelota, que supuestamente es una de las actividades favoritas de la mascota.
Diagnóstico de TOC
Es posible un diagnóstico preciso a través de rayos X y tomografías computarizadas (TC). El tiempo de diagnóstico es muy crucial porque si el TOC se detecta tarde (más de un año), hay pocas posibilidades de que el perro se recupere.
¿Cuál es el tratamiento para el TOC?
El tratamiento más efectivo radica en la cirugía. Pero antes del desarrollo de colgajos de cartílago defectuosos o lesiones, se puede tomar una acción preventiva mediante la administración de medicamentos para aliviar el dolor como los AINE. Existen otras medidas de control conservadoras para el TOC, como la restricción del ejercicio, el control del peso, factores nutricionales y nutracéuticos como la glucosamina. Todos estos están dirigidos hacia el desarrollo normal del cartílago. Pero cuando el caso ha empeorado y se ha desarrollado un colgajo de cartílago anormal, la única salida es la curación quirúrgica. La cirugía se realiza a través de procesos médicos llamados artroscopia (la cámara y los instrumentos se pasan a través de pequeñas incisiones) o artrotomía (técnicas de cirugía de articulación abierta).
El manejo genético también es importante para mantener a raya el TOC. Lo ideal es que un perro con TOC esté esterilizado para comprobar la herencia de los rasgos genéticos en las generaciones futuras. Los dueños de mascotas pueden tomar otra medida proactiva alimentando a sus mascotas con una dieta baja en calorías. Los suplementos de calcio también son aconsejados por expertos veterinarios. La idea detrás de esto es controlar la tasa abismal de crecimiento en el cartílago que recubre los huesos.

