Los pastores alemanes son conocidos por su feroz lealtad, su extrema valentía y sus personalidades más extraordinarias. Son confiados, inteligentes y decididos. En el reino de los perros parece que no hay nada que no puedan hacer. Por esta razón, hay algunas cosas que todos los dueños de pastores alemanes nunca deberían olvidar.
Soy un adorable insecto amoroso desde cachorro.
También soy inteligente y ocupada. Me gusta morder cosas y explorar. Soy un paquete de energía que requiere mucho amor, tiempo y paciencia. La recompensa por tu dedicación hacia mí es un vínculo especial que nunca se romperá.
Vamos a hacer amigos.
Me gusta conocer otros doggos y personas. Es divertido y bueno para mí. Escuché que se llama «socialización». Una palabra muy grande para un pequeño peludo, pero escuché que es importante. No descuides esta gran palabra porque me ayuda a ser el perro valiente y seguro para el que nací. No quiero ser un perro asustadizo.
Me gusta pavonearme.
Ahora soy mi propio perro. A medida que crezco, me gusta poner a prueba mis límites. Esto se debe simplemente a que soy inteligente y estoy poniendo a prueba los límites. No soy un mal perro. Alégrate de haberme dado entrenamiento de cachorro. Continúe enseñándome cómo ser un buen perro en este gran mundo y haré que se sienta orgulloso de mí.
Soy leal.
Eres el centro de mi mundo y siempre estaré dedicado a ti. Estar contigo es lo más importante para mí. Cuando te vas demasiado tiempo y dices que he sido travieso, me entristece porque intento decirte que te extraño.
Me gusta ir.
Me encanta cuando me llevas contigo. No me importa adónde vayamos. Explorar muchos aromas nuevos es mi favorito, pero cada paseo por nuestro vecindario, paseo en automóvil o visita a amigos es una gran aventura. Es lo más divertido porque lo paso contigo. PD: Prefiero la hamburguesería al veterinario.
Dame buena comida.
Comeré casi cualquier cosa, pero me siento mejor cuando me das comida que sea buena para mi estómago sensible. Tengo energía y me siento feliz cuando como bien. Tampoco hago tanto popó.
Cuídame.
No siempre te diré cuando me siento mal, así que depende de ti darte cuenta. No puedo evitarlo; así soy yo. Gracias por preocuparte cuando no actúo como yo mismo. No me gusta ir al veterinario pero a veces necesito ayuda para sentirme mejor. También necesito que me protejan de las cosas malas que hay por ahí.
Vamos a jugar.
Me encanta salir a jugar. Tira mis pelotas y corre conmigo. Es todo genial y me encantan estos momentos contigo. La mejor parte de mi día es cuando juegas conmigo. Me gusta correr hasta quedar exhausto. ¿Has notado lo buen perro que soy cuando hago mucho ejercicio?
Enséñame cosas.
Puedo hacer muchas cosas, solo tienes que mostrarme qué hacer. Soy inteligente y aprendo rápido. Tengo muchas ganas de complacer y me gusta tener la mente ocupada. Quema mi energía como el ejercicio. Esas cosas que me enseñaste como sentarme, sentarme, sacudirme… puedo hacer muchas más cosas.
Acariciarme.
Me encanta que me froten la barriga, la espalda y que me froten las orejas. Cada vez que me tocas, siento meneos felices. Se siente tan bien y sé que estás pensando en mí.
Déjame en el sofá, en la cama y en todos lados.
Me encanta sentarme a tu lado, dormir en tu cama y seguirte a todas partes. Está bien, ¿verdad?
Recuerda que soy un perro.
No olvides que soy un perro. Me gusta cavar, revolcarme en lodo apestoso, oler cosas y nadar en el lago. Me gusta perseguir ardillas, ladrarles a los pájaros y proteger mi jardín. A veces puedo comer caca. No soy asqueroso. Sólo soy un perro.
Haz la vida emocionante.
Las nuevas experiencias me hacen feliz. Nuevos sabores, nuevos juguetes, nuevas cosas hacen la vida emocionante. ¿Recuerdas esa piscina que me compraste? ¡Eso fue divertido! También lo fue esa bola gigante que no pude destruir. ¡Me encanta hacer cosas nuevas!
Cuida de mí.
Gracias por amarme lo suficiente como para no dejarme afuera. Gracias por mantenerme abrigado y seco en invierno y fresco y cómodo en verano. Me gusta jugar afuera pero soy más feliz adentro, donde estoy a salvo contigo.
Déjame ser valiente.
Nací para protegerte. Vivo para hacer ese trabajo. Es la razón por la que estoy vivo. Te cuidaré todos los días de mi vida y daré mi vida para defender la tuya. Soy tu perro.
Ser paciente conmigo.
Cuando sea viejo, tened paciencia conmigo. Sigo siendo el mismo perro pero mi cuerpo ya no puede seguir el ritmo. No puedo oír como antes. Me duelen las articulaciones. No siempre puedo sostenerlo hasta que salgo y me pone triste. Puede que mi vista se esté desvaneciendo, pero mi amor nunca lo hará.
Ámame hasta el final.
El mayor regalo que puedes hacerme es cuidar de mí hasta el final. No me dejes estar solo. Estoy cansado y estoy débil. Es mi turno de tener miedo. Necesito tu ayuda y consuelo. Gracias por amarme lo suficiente como para no dejarme sufrir.
